La autoestima es la base del bienestar de la persona.
Se entiende la autoestima como la valoración que hacemos de quienes somos o también llamado el autoconcepto.
Este autoconcepto esta compuesto del conjunto de pensamientos, creencias y acciones que realizamos a lo largo de la vida. Suele ser estable y se va formando desde la niñez por los mensajes que trasmiten las personas de autoridad, madres y padres y las propias experiencias.
Según como haya recibido la persona estos mensajes y como los haya interiorizado la autoestima se habrá construido de una manera beneficiosa o por el contrario será aspecto limitante a la hora de conseguir los objetivos vitales, creando de esta manera un malestar generalizado del cual en muchas ocasiones ni siquiera es consciente.
Cuando la AE no es sana se desarrollan otros patrones de conducta para poder aliviar la insatisfacción de no poder conseguir una calidad de vida adecuada a las pretensiones de la persona.
La autoestima actúa como una creencia de quienes somos con la peculiaridad de autoconfirmase y perpetuarse eternamente.
La buena noticia es que se puede mejorar con un adecuado entrenamiento donde la atención plena como herramienta de autoconomiento ayuda a tomar consciencia de cuales son los patrones de pensamientos inadecuados o disfuncionales que llevan al individuo al malestar y sufrimiento.
Aquí el Mindfulness proporciona las instrumentos necesarios para el desarrollo de la autocompasión y la autoaceptación de uno mismo como base de transformación personal.