Una de las competencias que el ser humano quiere desarrollar a lo largo de su vida, es la posibilidad de encontrar de forma voluntaria la felicidad y el bienestar. Y la competencia se adquiere poniendo en práctica el conocimiento.
Pero esto no suele suceder así… tan fácilmente.
Una de las causas por las que nos encontramos con dificultad para gestionar esos momentos de malestar es no tener una correcta educación emocional. Bien por que no nos han enseñado en la infancia, bien porque hemos encontrado otras estrategias de adaptación que nos han llevado con menor o mejor fortuna a continuar, en muchos casos como una forma de huida frente a las situaciones adversas ante las que no tenemos los recursos necesarios para hacerlas frente de una mamera más adecuada y amable para para la persona.
Por todo esto y otros motivos, nos llevan a actuar como sabemos, como hemos aprendido, pero la buena noticia es que se pueden cambiar aprendiendo nuevas habilidades.
“hacemos lo que podemos con lo que tenemos”
Quizás el pensamiento que mas nos limita a la hora de hacernos cargo de nuestro bienestar es el: “No puedo”. Este pensamiento provoca en la persona una serie de emociones asociadas, desagradables que influyen notablemente en el bienestar de la persona, así como determina la forma de actuar ante las situaciones vitales.
Tomar consciencia de este tipo de pensamientos y las consecuencias emocionales y conductuales que provocan son la base de la mejora en cualquier ámbito. De la misma manera que podemos pensar “no puedo” se puede pensar “ YO puedo”, la diferencia entre una y otra es abismal en relación a la repercusión que tiene en como nos sentimos y como actuamos.
Y te preguntaras… ¿Cómo?
Una de las estrategias es utilizar la atención plena o mindfulness como herramienta de autoconocimiento a la que le uno otras disciplinas como la inteligencia emocional, para poder llevar a cabo esa transformación que nos lleve a vivir de una manera más plena.
Aprender a vivir el presente y escuchar nuestros pensamientos nos brida la posibilidad de hacernos cargo de ellos, actuar y transformar lo negativo en positivo.
Por lo tanto, la práctica de nuevas habilidades nos encamina a mejorar nuestra calidad de vida y la de las personas que nos rodean.
El reto es ponerse a ello, observarse con otra mirada y disfrutar de los resultados.
Te deseo que tengas un gran día
Raúl
foto de @j.diegoph